En los últimos meses, campamentos han sido escenario de distintos hechos que han impactado a la opinión pública, desde situaciones de violencia en comunas como La Florida al intentar desalojos de una toma, hasta el hallazgo del cuerpo del exmilitar venezolano Ronald Ojeda en una ocupación en Maipú. Además, hay denuncias por la presencia del crimen organizado.
La sostenida alza de los campamentos, como reflejo del déficit habitacional y el impacto del masivo ingreso irregular de extranjeros, muestra un cambio en este tipo de asentamientos que dista de los años 80 y 90, con diferencias respecto de seguridad y también en cuanto a su extensión, cantidad de habitantes, tipo de inmuebles, las actividades comerciales que se ejercen allí y la existencia de bienes como vehículos particulares.Es así como estas megatomas ya se perfilan como “ciudades informales”.
La oficina de urbanismo Atisba ha analizado el fenómeno en terreno, con imágenes satelitales, mapas de norte a sur y complementado con las cifras oficiales y estudios del Ministerio de Vivienda, Techo y municipios.
Con dichos elementos, elaboró para “El Mercurio” un ranking de los campamentos más grandes del país, con 38 asentamientos (ver infografía)). La mayor cantidad de habitantes en este tipo de ocupaciones se observa en las tomas de Alto Molle, en la comuna de Alto Hospicio (Tarapacá, 19 mil personas, 129 hectáreas); Centinela, en San Antonio (Valparaíso, 10 mil habitantes, 73 ha); y Millantú-Ribera del Maipo, en Puente Alto (Región Metropolitana, 10 mil personas, 42 ha).
De acuerdo con el catastro de Atisba, 11 de los asentamientos más extensos se ubican en la RM y 27 en otras regiones, con un total de 173 mil habitantes.
La RM registra cuatro casos en Lampa, dos en Cerrillos, igual número en Colina y Maipú, y el citado de Puente Alto.
En otras regiones, aparecen 11en Valparaíso (seis en San Antonio y cinco en Viña del Mar); seis en Antofagasta (cuatro en la comuna de Antofagasta y dos en Calama); cuatro en Atacama (todos en Copiapó); cuatro en Arica (todos en la homónima comuna), y dos en Tarapacá (ambos en Alto Hospicio).
“Principal motor es la inmigración irregular”
Iván Poduje, arquitecto y socio fundador de Atisba, describe que Chile asiste hoy a la proliferación de campamentos de gran tamaño en muy poco tiempo.
“Esto refleja coordinación y organización, lo que se aprecia en el análisis satelital, ya que vemos trazados de calles realizados con topografía, con mucha precisión de lotes y deslindes. En Santiago, por ejemplo, antes del estallido no había ningún `megacampamento’ con más de 500 familias, que son aproximadamente 2.000 habitantes. Hoy tenemos 11”, detalla.
“El principal motor es la inmigración irregular y, en menor medida, el impacto de la pandemia, tanto en empleos como en la salida de hogares para evitar hacinamiento y contagio. Pero la pandemia también coincide con un Estado replegado y agotado luego del estallido, especialmente en fuerzas policiales. Esto deja la ciudad vacía para que se la tomen, que es lo que ocurre también con el comercio informal”, añade.
El análisis evidencia una concentración de campamentos en terrenos fiscales y privados de las regiones del norte, Valparaíso y Metropolitana. Además, muestra una “favelización” de estas ocupaciones ilegales, al desarrollar el concepto de “megatoma”, que agrupa a varias de gran tamaño, a la usanza de Brasil y sus “favelas”.
“Es la `favelización’ del campamento chileno, ya que comienzan a operar como verdaderas ciudades informales”, comenta la oficina de urbanismo.
Zonas de alto nivel delictual
El ranking también califica a los asentamientos según su nivel de peligrosidad, de acuerdo con denuncias sobre delitos y testimonios de vecinos.Siete quedaron en el nivel “crítico”, todos habitados principalmente por extranjeros, incluido Alto Molle (el más poblado), y 11 en categoría “alto”.
Según Patricio Ferreira (DC), alcalde de Alto Hospicio, hay más de 40 mil personas en “tomas” en su comuna, “algunas de los cuales son casi ciudades. La mayoría de estos vecinos son personas de bien (… ). Pero también hay gente inescrupulosa que lucra con terrenos ajenos y, peor aún, operan grupos criminales dedicados a la extorsión, tráfico de drogas y robo de vehículos. Bandas incluso organizadas transnacionalmente como el Tren de Aragua”.
Agrega: “Acá en las tomas se han encontrado casas para el secuestro y la tortura, crímenes realmente atroces. Como municipio colaboramos en lo que podemos, como con nuestro sistema de cámaras de vigilancia, o los patrullajes conjuntos entre nuestros patrulleros municipales y carabineros. Pero esto exige capacidades mayores, específicamente diseñadas para desarticular el crimen organizado”.
Acerca del campamento Los Laureles-Cerro Chuño (Arica), el alcalde Gerardo Espíndola (PL) dice que “es un lugar donde se encontraron los principales espacios de operación del Tren de Aragua, con casas de tortura y cuerpos enterrados”.
El edil pide una intervención del Gobierno, pues considera que el caso ya “excede a cualquier posibilidad de competencia, de recursos, de autoridades locales y de realidad regional”.
Vecinos sufren el impacto directo
En Colina (RM), el campamento Naciones Unidas-Israel presenta un desafío constante.
“Este y otros asentamientos son un foco de irregularidades en muchos ámbitos, como seguridad y conexión a servicios básicos, algo que afecta directamente a nuestros vecinos, quienes pagan sus cuentas mes a mes y deben soportar bajas de voltaje o presión de agua por conexiones irregulares”, señala la alcaldesa Isabel Valenzuela (UDI).
La jefa comunal afirma que “el nivel de droga en estos asentamientos es altísimo y unas de las cosas que le hemos manifestado al Gobierno es que no sabemos quiénes viven ahí. Otro de los grandes temas es la basura, con la contaminación de canales y río. Aunque tengamos retiro de basura tres veces a la semana, estos campamentos generan focos infecciosos en distintos puntos”.
También en la RM, Nuevo Amanecer (Cerrillos) se ha posicionado como escenario de constantes hechos delictuales. Tras el hallazgo de un cadáver envuelto en frazadas a un costado de la línea del tren próxima al lugar, la alcaldesa Lorena Facuse (Ind. ) reconoce el alza de ilícitos en el sector. “En su mayoría, en la `toma’, el 95% son extranjeros. No quiero estigmatizar, que toda la gente que vive ahí comete delitos; pero sí hemos visto desde hace un par de años cómo ha aumentado el nivel de delitos en torno a este campamento y dentro del mismo”.
“Acá enfrentamos el problema, que desde el viernes hasta el lunes en la mañana se hacen fiestas clandestinas, a las que vienen de toda la RM, lo que se ha hecho invivible para los vecinos del sector”, añade Facuse sobre el panorama habitual en Nuevo Amanecer.
Fuente: Emol, Marzo 2024